Echo la mirada atrás y si tengo que ser sincero no sé que es lo que ha quedado de estos más de seis años. Los buenos y auténticos amigos y claro, el palco del Bernabéu.
Relaciones deterioradas con el tiempo, egos que salen a relucir, celos, enfrentamientos… han sido una constante, sobre todo a partir del primer año. ¿Será esa la fecha clave para sacar nuestro auténtico yo? ¿Podemos fingir ser amigos durante 365 días y ni uno más?
La realidad es contundente, te golpea sin que la veas venir. De manera implacable e indiscriminadamente. Los que creías buenos compañeros o incluso amigos en realidad no lo son. En los que encontrabas rechazo, más tarde pueden ser tu aliados. Y es que, como dice el proverbio: «el enemigo de tu enemigo es tu amigo». En este juego de tronos que es la gran empresa, te pisarán, mentirán, te pondrán la zancadilla una y otra vez. Te tenderán la mano cuando quieran algo de ti. Te la retirarán cuando ya no les sirvas.
Tus jefes tu utilizarán para su propio beneficio.
Abusarán de ti, de tu confianza. Te usarán para promocionar, para mejorar su «Estatu Quo». Se colgarán tus méritos y los harán propios.
En mi caso tuve que aprender pronto y a una velocidad endiablada. A adaptarme, a no fiarme. Me limitaba a sacar de mi el máximo rendimiento diariamente. Iba a la oficina, intentaba no enfrentarme con nadie, no crearme enemigos y aún así intentar ser el mejor. En mi inocencia pensaba que las oportunidades podrían llegar. Que siendo el mejor bastaba para promocionar. ¡Qué equivocado estaba!
En primer lugar, si algo he aprendido es que nunca promocionan al mejor en su puesto. ¡Jamás! Imaginemos una cadena de montaje de automóviles, solo hay un tipo que sabe montar el motor. No lo sacarán nunca de la cadena, es imprescindible. Sin embargo, si hay otro que tiene una ligera idea de lo que es un motor, se convierte en prescindible. Este ascenderá, además no supondrá ninguna amenaza para la persona que lo promocione.
A la calle o un despacho.
El prescindible puede quedarse sin empleo o ascender. La diferencia es una delgada línea llamada «rodilleras». Con unas buenas rodilleras se firman buenos acuerdos en los despachos. ¡Ojo! Que me refiero a rodilleras metafóricas, ¡o no! El que se pique es que ajos come.
Esto me lleva al segundo punto. No solo basta con ser prescindible en tu puesto de trabajo. Tendrás que ser complaciente, dócil y sumiso. Si además eres condescendiente y te va eso de meter la lengua en culos ajenos ganarás puntos. Para rematarlo, si te dedicas diariamente a meter palos en las ruedas de tus compañeros… ¡Enhorabuena campeón! Te garantizo que el puesto es tuyo.
Esto pretendía ser un post para agradecer a algunas personas mi estancia en la empresa y sin embargo ha acabado siendo un análisis personal de las relaciones laborales. Espero que nadie se ofenda, y si lo hace, pues es que ajos come.
No quiero terminar sin antes nombrar al algunos compañeros y amigos:
Cecilia, la rebelde con causa. La que nunca ha callado. Las cosas las han puesto difíciles pero persevera. Sigue luchando y por favor nunca te deshagas de tu mejor virtud, nunca calles.
Adri, me llevo el recuerdo del Real Madrid – Valencia de la copa del Rey en el palco de Santiago Bernabéu. Nunca creí que una persona pudiera beber tanto alcohol.
Dilan y Samu, habéis sido mis dos últimos escuderos, mi apoyo durante estos meses finales. Gracias simplemente por estar. Me llevo dos buenos amigos.
Cristina, la mejor profesional con la que he tenido el placer de cruzarme. Deberías dirigir la empresa. Si algún día mi negocio crece, estate segura de que iré a ficharte. Eres grande.
Don José Tamayo, ¡es tan alto el respeto que te proceso! La mejor persona que he conocido entre esos muros. Nunca cambies viejo.
Emilio amigo, ¡qué rapido te fuiste! ¡Y cuánto se te echó de menos! Un abrazó allá donde estés.
Ángela, Vero, Buji, Gádor, Juanito y Beka, la vieja guardia. Con los que compartí más cosas en los primeros años. Resiste Ángela, que sólo quedas tú.
Manolo, Alberto, Jose, Ely… os sumo al agradecimiento, con vosotros fueron mejores los días malos.
Seguro que me olvido de algunos, espero que los que no nombro sepáis perdonarme y ya sabéis, el que se pica, ¡ajos come! Me llevo sólo los buenos momentos y la experiencia ganada.
El análisis personal que has realizado de tu paso por la empresa, es totalmente igual (no cambiaría una palabra) al que yo disfrute y seguidamente sufrí de mi paso por allí, aunque fue algo más corto que el tuyo. Espero que te vaya genial allá donde vayas crack. ¡Saludos!
¿Ves? Sabía yo que se me olvidaban nombres. ¡Un gran abrazo David! Espero que todo te vaya bien.
Ole tu comentario!!!!. siempre he sabido que eres un chico increible…. se te echa de menos. Saludos muy grande… y ya sabes cuando quieras quedar ya tienes mi movil,,,, echa el telefono.